Wednesday, December 21, 2005

navidad para idiotas modernos.

http://www.xmasresistance.org


Héctor Rodríguez.


Es justo en esta epoca del año cuando nos tatúan la idea de que el derroche monetario es la única salvación a la irremediable nochebuena. No me voy a poner floclócrico mentándole su madre a las posadas, o que si el thanksgiving, o que si hay que agradecer a la patrona guadalupe por los seudo-milagritos propinados a lo largo del año, o que si el niñito dios, o santa clos (el de la coca o el otro cabrón europeo, un tal noel vestido de verde... como quiera que sea, los dos valen madre), o que si los renos, caballos, camellos y elefantes están tan caducos como la celebración del mito que suponen. Nel. Folclórico sería sugerir que nuestra ciega veneración al mito navideño nos convierte en oligofrénicos de oficio. O sugerir que las infinitas escenografías cristianas desplegadas casa por casa en nuestro país, no tienen absolutamente nada que ver ni con el aterciopelado regordete de rojo, ni con los ridículos arbolitos atestados de parafernalia decembrina. Folcor sería retomar el concepto de las inconsistencias de la tradición y acabar de una vez por todas con este híbrido judeo-cristiano europizado, por demás impuesto e inyectado a fuerza de costumbre.

Me reconforta la idea de lo pánico en contraposición al folclor. Deberíamos apelar a la filosofía pánica por un instante, despojándonos del folclor como un ejercicio por demás saludable . Hace un par de dias cotorreaba con el deivid, un compadrazo elucubrador por excelencia, escritor de cuentos y recetas para la existencia. Me sugirió una perfecta solución para el derrocamiento de los simbolos religiosos ubicdos en nuestros tan tradicionales nacimientos; figurita por figurita. Henos aqui con un nuevo nacimiento al más puro estilo kitsch, una suerte de propuesta cabaretera donde como virgenes tendríamos la posibilidad de escoger entre ciudadanas tan ejemplares como la tetanic, o la sabrina, la lin may, o que tal la chupitos, o la lucila mariscal ya si nos queremos ver bien vulgarsotes... cualquier vedette o asesina en serie que se nos pueda ocurrir, cumple perfectamente con el perfil de terror y humor que nos sugiere el dios pan. He ahi a Maria. Como el irrepetible José, el deivis sugería al latin lover, y de ahi hasta ejemplares como el pirruris, el perro aguayo, cesar costa, polo polo, juan gabriel, tin tan, mauricio garcés y demás sarta de especímenes extraidos del mismisimo vulgo. Como imagen pánica por antonomasia, Adolf Hitler se me ocurre para ser padre de Jesus.

Como reyes magos ps ahi si hay que echarle imaginación al asunto, el chiste es que lidiamos con imagenes intercambiables a voluntad. Incluso en la selección de las bestias que la hacen de transporte: basta del deja vú religioso, trepemos a los susodichos venidos de oriente en leones, bueyes, vacas, toros, ponys, yeguas... en vez de mirra, oro e incienso, pensemos en tachas, mota y cristal... Quitémosle a Santa Clos esa risa de tenor de tres pesos y pensémoslo como un proxeneta. Sustituyámoslo en los centros comerciales por voluptuosas edecanes de telcel, sol o banamex, vestidas de santi-chicas, sosteniendo poodles o chihuahuas en brazos mientras largas filas de adolescentes esperan turno pa' tomarse la pic navideña con ellas...

En fin... hay material

No puedo dejar de sentirme una especie de paria al escribir esto y pensar que algo es lo que infrinjo en los marcos referenciales de nuestra cultura. El mito religioso ha sido rehén de una multiplicidad de sistemas de creencias que han fundamentalizado a ultranza los significados litúrgicos, produciendo interpretaciones que han convertido el arte de la parábola y el simbolo en vacío, posibilitando la asimilación de verdades oficiales e inalienables en los profesantes, a través de lecturas insultantes y vulgarmente literales. Este ánimo es el que reduce la riqueza del mito y lo degenera; lo encapsúla en viñetas, transformándolo en una suerte de antibiótico contra la realidad, en dosis destinadas a disminuir las concepciones que enaltecen la potencia de la vida y el vigor humano. Soy testigo de cómo la semántica de las fábulas es apropiada cual historieta dominguera.

Que güeva analizar la parte política de los asuntos religiosos. Me considero agnóstico, y aplaudo el flemático esfuerzo del budismo por construir una espiritualidad tan elegante e higiénica. Como agnóstico, no celebro ni a la virgen de guadaplupe, ni al niñito jesus (o ñiño dios, como mi madre solía llamarlo), ni en los santos inocentes enviados asesinar por judas, ni en papá ni mamá noel (aunque dicho mito me es extremadamente ajeno), mucho menos en el espurio santa clos cocacolero, ni en los santos reyes, o reyes magos, o como se hicieran llamar...

Mi fé es más científica. Observo, asimilo y me apropio del mito no con religiosidad, sino con humanidad. No lo niego, lo disfruto desde otra optica sencillamente. Y si me leo pretencioso o engreído, me vale madres, esta es mi verdad.

De cualquier forma, hay un pedo. En nuestra actualidad recalcitrante de modernidad, el valor cultural del mito está siendo victimizado cada vez más por la ilusión del capital. Es la corporativización de la festividad. La navidad ya no trata de exhaltar la tradicionalidad de absolutamente nada: ha sido transportada a la veneración de lo superficial, a la puesta en marcha del circulante monetario a todas luces. Compra, compra compra!, gasta a lo pendejo, mientras mas y mejor regales, mas eres para los demás. Eres lo que posees. viva la pinche navidad chingado! ningun recinto celebra mejor esta nueva modalidad, que los centros comerciales. Que pinches burbujotas de consumo me cae... si traes lana no puedes salir con las manos vacías, menos aún en una epoca tan explotable, donde se hace ineludible tirar la casa por la ventana: ambientar al mas puro estilo walt disneytiano los espacios pa que la banda se sienta realizada, hacer ofertas truculentas, regalar "samples" de lo que sea y saturar al clasemediero con los meses sin intereses... porque aqui en nuestro México -representado por mas de 40 millones de pobres y un resto de sobrevivientes como su servilleta- solo a través del crédito se puede aspirar a experimentar la edulcorante satisfacción que la posesión de bienes materiales despierta en nuestras inseguridades.

Por lo que a mi toca, suelo padecer las navidades de mi tiempo. La infancia fué un espacio santo, atascado de mentiras piadosas que uno creía verdades intocables; la navidad era una de ellas. Hoy, son espasmos los que me achacan cuando hago la dificil y por demás guerrillera retirada de los parajes cotidianos, para observarme desde afuera del mapa. Puede que este despliegue de análisis, critica y queja no sea más que una profanación: una tarea sin destino o beneficio aparente. No importa. Yacer congelado por instantes tratando de descifrar el lenguaje tras los hologramas de la realidad, siempre lo consideraré un placer de minorías, el extasis de unos pocos.

3 comments:

deivid said...

íralo, no le digo? nomás les dejan los blogs y uego luego a darle de patadas al pesebre, jajajajajaja ! la idea de las santi-chicas no es mala eh? hay que decirle a algunas amigas exhibicionistas que si jalan y con la ayuda del tapiro asté y yo pasamos la charola...

pa sacar pa las caguas, jajajaja!

mínimo!

sopas, tuvo muy chido: hay que hacer el próximo año ese nacimiento pánico, o que?

jajajaja ailas!

deivid said...

camaras, ahi le va, pa que vea que un mundo los vigila, ches gringos paranoias!

http://www.jornada.unam.mx/2005/12/23/044n1soc.php

funkdefino said...

che pesebre indestructible mi deivis! una patadilla más, una menos... que mas dá! jejeje

igual hay que irnos construyendo las figuritas de barro pal proximo año y gestionamos con secretaria de cultura que nos lo exhiban ahi en palacio, que le parece?

sobre y zaz!

paz