Tuesday, August 27, 2013

sine qua non

in ter mi ten te.  así parpadea el que se sustrae del molde que lo contiene.  lo veo.  los veo, a todos. caminando erguidos, con sus ropas, las de marca y las genéricas; con sus caras, sus gestos, cada uno, actuando en consecuencia.  los observo; van sonriendo, serios, incólumes, pueriles, manejando por la sevilla del río, por la galván, por ayuntamiento y v. carranza; paseando a sus perros, trotando con audífonos.  no son muy diferentes a mi, me cae.  tal vez el error estriba en creer que soy único, y lo soy.  pero igual a todos ellos.  porque los veo, los siento, preocupados, platicando por celular, en parejas, deambulando.  todo pasa mientras camino, mientras manejo, mientras voy a wal mart y de la manera más ignominiosa checo las ofertas, compro jamón, "medio kilo de pechuga de pavo, por favor", y me mezclo con ellos, con los otros, los demás, los que acuden a wal mart a checar las ofertas porque en soriana todo es más caro.  ignominia.  vergüenza debería de darme, de darnos.  pero no, así estoy bien; estamos bien.  veo como llueve.  amanece goteando hoy.  algo le pasa al clima: llovizna ligera y después, chingo de agua.  luego el sol.  puto calor.  una vez más agua torrencial.  no sé de que mierdas se trata, solo sé que me duele la cabeza.  no estoy aquí y no quiero estar aquí.  los leo. ahí están, posteando, actualizando sus muros en facebook, dando likes a diestra y siniestra, creyendo que hay un país ahí adentro.  yo lo creo.  ahí estoy, chateando por inbox, tratando de escribir como si hablara con ella, como si fuera necesario que me escuchara y comprendiera.  ahí esta ella, escribiendo en su celular, como si fuera la cosa más natural del mundo.  todos,  interactuando.  pero más importante aún: ella.  ella como la realidad pendular.  ella, la mujer que crea espacios: en ella quiero estar.  porque la veo, la leo, segura, dudando, sonriente: in ter mi ten te.  

Tuesday, August 13, 2013

Lo que queda

Lo que resta es sumar
es sumarnos
hacernos uno
más uno
voltearnos a ver
y cortarnos la cara
a besos

Queda la respiración en compases
la música en gemidos
el lúpulo y la cebada,
a cántaros
en cualquier lugar
donde la moral sea una estampita

Lo que sobran son palabras
las ya usadas y escogidas
las no usadas,
escondidas
los amantes que se leen
entre líneas
enterrados en trincheras

Lo que queda somos dos
jugando a ser personas
viviendo como niños
al margen del adulto
que pueril,
ha renunciado a sus derechos











Wednesday, July 24, 2013

Hexagrama

Habráse visto semejante albur rondándonos.  Es la arista en la que caminamos, los lados de las formas, la incertidumbre de lo conocido.  Es la vida en un envase, el más frágil de la especie.  Por eso hay que nacer, todos los días, como si fuera necesario: como si debiéramos celebrar las mañanas en un respiro -el primero al despertar- para después hacer como que nada es conocido; nuevo todo, nueva luz, nuevo tu.

Habráse visto semejante suerte, semejante caos: semejante conjuro, semejante embrujo, el de estar vivo.

Por eso cada partícula de polvo cuenta, cada cabello caído, cada gota de líquido; de sudor, de lluvia, de semen, de sangre.  Cuenta cada halago recibido, sincero; cada mirada desconocida y conocida, de esas que hablan con los párpados.  Cuentan los árboles que bailan y las hojas que viajan con la promesa de amarillos y ocres.

Habráse visto semejante magia y semejante indecencia, en todos, en nosotros.

En la indiferencia del inexpresivo y el paroxismo del enajenado.  En el arte por el arte y las maneras de matarlo; tan burdas, tan finas, tan comentadas en palabras y realizadas en lienzos, partituras, escenarios y celuloides, todos apócrifos.

Habráse visto el destino charlatán vs. la sincronía matemática, encontrándose, en el plano cartesiano.

Se habrán de ver abrazos entre extraños, besos entre amantes, arte y naturaleza en todas partes.  Habrás de ver al otro como a ti, como a la madre y al padre, como al hijo y al mendigo; como al rico y al payaso.

Velos, ahí están.  Velos con el tacto, el olfato, el gusto, el oído, porque la vista engaña.  Velos, y al hacerlo, habrás comprendido todo.

Wednesday, July 10, 2013

Reptar

La indolencia se arrastra. Nos arrastramos, todos.  Actuamos sin pensar.  Hacemos, construimos, vanagloriamos nuestros ridículos éxitos en la escala de Richter y le sonreímos a personajes sin contenido por mero compromiso.  Compromiso.  He visto a Dorothy sin sus chingadas zapatillas.  No es nadie sin ellas.  No somos nadie sin ellas.  Somos Dorothy, la niña buena e idiota que camina dando brincos.  Está perdida. Estamos perdidos y no hay camino amarillo.  Sin zapatillas no hay magia, y yo la he visto, nos he visto, sin zapatillas, sin magia.  Cree en la magia, dicen.  Cree en ella y se hará realidad.  Yo no tengo que creer.  Yo soy la magia, y no creo en mí.  Los he visto a todos, arrastrándose, creyéndose mártires, víctimas, porque el mundo no es un lugar seguro para estar.  La realidad nos supera, los supera.  La vitalidad con la que deberían vivir los débiles no les ha sido robada en realidad: ellos la han regalado y otros la han tomado. La hemos tomado. Los otros, nosotros, hemos tomado lo que en verdad nos pertenece.  Pero yo soy débil, y regalo lo que no me sirve. No hay paraíso, no hay héroes, solo ilusiones ópticas.  El héroe cree que ha vencido y que por eso es héroe.  Puta, no hay héroes.  No existe tal cosa.  No existe Dorothy, ni la magia, ni las zapatillas, ni las víctimas, ni los héroes.  Los he visto, a todos, del mismo color, al mismo nivel, reptando.

Tuesday, July 09, 2013

La sensatez errante

Él cree estar cuerdo, adaptado, animado, pero la lucidez no es cuestión de fe.  ¿A quién le importa de cualquier manera?  A él, a veces, tal vez.  Porque para estar cuerdo hay que procurar un pensamiento lo más higiénico posible; claro, urbano, prudente, sociable, pero sobretodo, común.

Ser común.  Las parrilladas con los amigos, la conversación mundana; el fútbol, el individualismo comparado: breves colecciones de voluntad prostituida.  Él cree que compartir lo poco que le causa empatía es un lujo absurdo pero necesario.  A final de cuentas se siente bien ser aceptado, aunque sea en dosis controladas. Sin embargo hay algo que le carcome el ánimo y le reseca la piel.

Él camina insomne imaginando que su juicio personal es sujeto a un control de calidad infame y desgraciado.  Es él quien lo cree de esa manera sin otro referente más que su propia experiencia intelectual.  E inteligir es un ejercicio de lógica sin lugar a duda.  Se aprende a hacerlo de acuerdo a reglas de asociación conceptual.  Pero eso es irrelevante, porque a nadie le importa, dice.  Y eso le carcome el ánimo y le reseca la piel, entre otras cosas.

Él cree no estar cuerdo, ni adaptado, ni animado, pero la cordura no es cuestión de fe.  Ha vivido engañado, porque se ha dejado engañar, o al menos eso es lo que aparenta a veces.  No le importa, porque no lo cree del todo.  A él le gusta aproximarse a los demás para después alejarse.  Porque a pesar de que su ánimo esté agrietado y su piel áspera, hay personas con las que logra sentirse en casa.

Él cree estar cuerdo, adaptado, animado, cerca de ellas.

Porque la cordura sí es cuestión de fe.

Wednesday, February 06, 2013

Jamás, nunca, nada

Habitemos esta isla, porque hemos nadado insondables charcos y ya estuvo bueno.  Hemos braceado olímpicamente contra la muscular tromba que es el choque con el otro, el descubrimiento, el experimento de la intimidad compartida, y la neta es que no hay tormenta más innecesaria que la del canon social entre un hombre y una mujer animados por la más burda de las biologías.

Las matemáticas de la atracción son así: brutas, obvias, animales, y así debieron haber permanecido.  Ahora sabemos que el solo hecho de la atracción no es suficiente para terminar cogiendo con la única finalidad de reproducirnos, nel.  Esa condición natural yace en la última fila de la carpa que es el circo de las relaciones.  Incontables años ya de moldear el más sofisticado de los montajes, de preparar actos anclados a impresiones; de ser otras personas, de esforzarnos por cautivar a ciegas, a lo pendejo, atinándole.

Cierto es que esto es así y que las nociones, posturas, impostaciones, guiños, roces, y frases extraídas de películas y libros, son credo.  Por eso ansío que habitemos esta isla, porque hemos cavado incontables tumbas y ya estuvo bueno.  Habitémosla, sin prisas, que no hay nadie alrededor, porque así lo queremos.  Instalémonos; jamás, nunca, nada, ego.

Tuesday, January 08, 2013

Ser el otro y tú y yo

Fijo la vista en los pequeños orificios de las rejillas que dejan escapar el sonido de las bocinas Harman Kardon que presume la caja de la lap.  De ahí emana mi compañía desde hace días.  Keenan, Morello, Saúl, Aguilera; si no fuera porque los imagino tocando en el living juraría que son solo canciones a volúmenes absurdos. No hay soledad en la música.

Caminamos juntos, del cuarto al baño, del baño a la cocina y al patio de servicio. Jamás podría quejarme de sentir vacíos los trayectos, si es que me permito además aceptar el hecho de la visita esporádica de algunos infantes tardíos (como yo), que posterior a la sobreingesta de ciertos menudos elíxires buscan arrojar sus cuerpecillos al ras del suelo de la manera más económica posible. Y aunque funciona por momentos, la neta es que ni las borracheras ni los amigos que las atienden solucionan la pesadez de cualquier ansiedad congénita: vienen a empedarse, a platicar, a cagarse de risa y a cantar mientras se le trepa al kenwood.  Vienen a decorar lo que en realidad no necesita diseño.

Lo antes dicho solo tiene sentido en la infamia de sentirse un mártir y la gloria de saberse libre de atavismos.  No hemos de continuar con tradiciones extemporáneas, pues.  No cuando existe tanto silencio alrededor y tantas voces para interpretarlo.  Es esa condición la que nos define, la que nos imbuye de versiones de nosotros mismos y la que acaba con la única oportunidad de observar lo demás a través de ventanas que no sean espejos.

Pero todo es espejo.

Por eso fijo la vista en los pequeños orificios de las rejillas que cubren las Harman Kardon de la lap. Porque a cada compás de "living is a problem because everything dies" siento el bombeo de la sangre.  Porque si Kiedis, Moore, Fiona y Harvey no están aquí, yo tampoco.

Friday, January 04, 2013

Memoria de mis crudas tristes

Seis jarras de cerveza, cuatro vodkas tonic, y 8 horas después.  Genius.

Thursday, January 03, 2013

Cosmopolitan me

Está la queja y estoy yo.  ¿Quién fue primero?  Llegué a este mundo en un alarido, en un grito venido a llanto, ese que todos echamos al primer contacto con el helado tufo del quirófano.  Se supone que es un reflejo pero yo estoy CASI convencido de que es una reacción consciente del tipo "no mamen yo no quería salir de ahí".  ¿Quién fue primero, pues?

No recuerdo cómo era adentro, pero después de voyeurear a mi hija Lena durante algunos meses vía ultrasonido, pude percatarme de que ni un loft en Wall Street ni un bungalow en Las Hadas le llega al útero.

¿Entonces? Surgen varias dudas estúpidas: ¿Es posible que un feto "se queje" sin que sea esto interpretado como un mero "estímulo-respuesta"? O mejor aún: ¿Acaso tiene relevancia que la anterior pueda ser considerada una duda legítima? O ya poniéndonos escandalosos: ¿Es un feto una persona?

No debería incluso haber controversia sobre el asunto.  Dr. House dice que nel, que un feto es un feto, hasta que en ese capítulo donde tiene que hacerle cirugía a uno porque trae un rollo cardiaco que está afectando a la madre, saca su bracito al más puro estilo Alien the 8th passenger, y con la manita le agarra el dedo.  A partir de ahí le llamó "bebé".  Sociopatía light para televidentes de cuarta.

No pude haberme quejado antes de llegar. Mi jefa sí, por eso llegué hasta aquí sin siquiera pedirlo.  Fue primero la queja, aunque sinceramente y después de todo, no creo que importe un bledo.  No es como el huevo y la gallina; no una paradoja ni una duda razonable.  Son solo ganas de escribir sobre nada.

Existencialismo light para escritores de quinta.  Porque está la queja, y estoy yo.


Wednesday, January 02, 2013

Lo malo de surfear las cañerías del tiempo

La memoria es enemiga.  Una especie de portal inadecuado a toda necesidad de superación, de ubicación en el instante.  Se alimenta del deseo en algunas de sus variantes más jodidas; llámenme parcial, fatalista, fanático del pop, me vale verga.  No puedo hablar de tu memoria, este es mi show.  El deseo y la memoria.  Hasta para título de autobiografía no autorizada me gusta.  Pero quién querría hacer eso... no yo; no Héctor, mucho menos Alejandro.  Tal vez "el cremas", pero ese güey está muy pendejo para hacer cualquier cosa con el debido arte: ese güey es un animal farandulero.  Lástima que exista alguien así.

La memoria es oponente.  No hay que viajar demasiado en sus inmundas carreteras, me cae.  Tal vez lo necesario, lo suficiente como para sufrir las banalidades que guarda en los cajones más accesibles, esos que por alguna razón se postran más a la mano.  Yo no querría acceder a ninguna de esas historias bochornosas (por decir lo menos); ¿quien vergas querría recordarse como un pendejo?  Pero es como un esfínter, como querer cagar o coger.  Cuando recuerdo, soy esa persona.  Es la memoria que no sirve para aprender lecciones sino para archivar datos inútiles, pasajes sin fecha, autorretratos fallidos.

Y en la otra esquina, el deseo.  El deseo de recordar mierda, de ser recordado de otra manera.  El deseo epidérmico, el del animal que busca satisfacer hambres que pueda guardar en su aberrante memoria.  

Bienaventurados los amnésicos.  Porque el acto de recordar podrá ser útil solo en la medida del amor sin apego, del zen urbano, del acto virtuoso.  Bienaventurados los amnésicos.  Porque allá afuera, la memoria y el deseo ya no sirven más a esos fines.  No a mí, no a ellos.  Allá afuera es la guerra.  El espacio donde la memoria ha de recordarme las maneras en que he de defenderme de los demás; en que he de desconfiar de ellos, y en que -en su momento- habré de detectar los momentos en los que deba sacar ventaja para ganar en competencia.

Eso.  Ahí.  Supongo que no todo es tan malo en el deporte de surfear las cañerías del tiempo.