génesis.

Héctor Rodríguez.


No creo eso de que al inicio se hizo la luz... no puedo tomar como referente para la existencia de todas las malditas cosas, un vacio atestado de luz. Voy más por la trillada y clásica concepción de un vacio en plena negritud. Primero la total ausencia. Después una exasperada conquista luminotécnica; desde el arcano cenit corpuscular en algun lugar del universo, hasta la autoregulada luminosidad de las incandescencias artificiales. Luz que se reproduce en diversos formatos. Observo la del monitor; la virtual, que todo lo aplasta y reduce a pixeles. Curioso es pensar en la infinitud del pixel, cual espiral... vale imaginar un acercamiento microscópico para observar su fatal composición fractálica. Puntos sobre puntos imitando las funciones vitales de una célula cualquiera. Para este caso, células lumínicas que finiquitan procesos electrónicos solo descifrables por el especialista que ha apostado a la microcircuitería como una forma de vida... los imagino con venas de fibra optica, pidiendo unos tacos en código binario.

No voy a desgastarme en análisis inútiles sobre ésta gloriosa entidad posmoderna simplificadora de vidas. Aprovecharé las bondades del pixel para dar cauce al empaquetado de algunas ideas dispersas. La ocasión me ofrece un servicio de momificación de experiencias, en vasijas de pixel, por ningun costo. Inicio pues, el viaje de los registros del laberinto de la memoria... asi sea.