Héctor Rodríguez.
Recuerdo haber tenido siempre mi cuerpo lleno de música. Desde morro estuve al pedo con las colecciones personales de mi jefe, un arquitecto de aproximaciones y gustos harto variados en el delicado arte del playlist. Rocanrolitos, salsas, cumbias, merengues, baladas, mariachi, ranchero... la carpa de lo suigeneris les quedaba estrecha a mis progenitores. La miscelánea que se cargaban a la hora de ponerse musicales no fué, en definitiva, de la que decidí asirme a lo largo de esa etapa intermedia en la que uno va definiendo qué y qué no es. Conozco a banda a la que se le hincha la boca cuando cuenta sobre los inicios e influencias que los llevaron a identificarse con géneros como el rock o el jazz. "Mi padre y mis hermanos escuchaban desde Coltraine y Miles hasta Quiet Riot y Twisted Sister, de ahi mi gusto por la música"
Bueno ps ser primogénito a veces no ayuda a empezar procesos de forma tan idónea, sin embargo, puedo jactarme de poseer un amplio y sofisticado gusto por la música. Cuando uno esta morro a todo le entra, máxime cuando emana de la influencia parental. Me recuerdo en la primaria cantando popurris de los teen tops, locos del ritmo, platters y demás grupillos covereros, en la sala de mi casa, cuando nadie escuchaba. Hasta bailaba, ja. Era todo un versátil. Cuando no era rockanrolito, me ponia compilaciones guapachérrimas: tropirrollos, rulli rendo, sonora santanera y hasta una que otra de la celia cru'. La costa en todo su esplendor. De ahi recuerdo los pinches viajes a Vallarta por la libre, con sus abominables curvas de suprema güeva y guacara incluida, escuchando a jose josé, juan luis guerra, emmanuel, franco, miguel bosé y el ídolo máximo de mi jefa en aquel entonces: roberto carlos.
Pasé por todos ellos y sus símiles contemporáneos. Pasé por el pop mexicano ochentero de timbiriche, flans, pandora, fandango, microchips y réplicas posteriores. Puedo decir que en algun momento -y a voluntad propia- me involucre incluso con la escucha de algunas piezas de música clásica, por extraño que pudiera parecerme ahora. Eso obedeció más a lo que en su momento me hicieron sentir dichas composiciones, que a cualquier otra cosa. Nunca fui muy de clavarme con compositores clásicos. Recuerdo haberme metido con refritos como Von Karajan o incluso con el cursi derramamiel de Richard Clayderman. Fué extraño como operaron mis fijaciones de casi inmediata caducidad en ciertos momentos de mi pre-adolescencia.
En los ultimos resquicios de esta etapa me empecé a involucrar con ondas como el reggae fresón de UB40, mezclándolo con aberraciones ratificadas como vanilla ice y gerardo, metiendo también algo de glam rock y pop ochentero tardío pero en inglés. Este gusto deforme incluso empeoró cuando empecé a escuchar algo de house chafa y rollos electrónicos bailables como technotronic, 2unlimited y C+C music factory. En aquellos ayeres le metí durísimo al dancing y no había tardeada o fiesta de 15 años en la que no moviera mi escuálido trasero al ritmo de estas rítmicas obritas maestras del kitsch.
Me repasé igualmente a inicios de los noventa de manera muy somera a algunos de los principales exponentes de la denominada corriente "rock en tu idioma", que la neta catapultó a uno que otro grupillo que realmente la armaba, y que incluso hasta hoy puedo valorar en su justa dimensión. Entre los que me dosificaba estuvieron los toreros muertos, hombres G, los amantes de lola, caifanes, kenny y los electricos, y algunos otros que ahora se me escapan. En esta misma etapa chilaquilera descubrí el gangsta rap de N.W.A a cargo de Ice Cube, Dr. Dre, Mc Ren y Easy-e, genios del género.
El momento de quiebre en mi vida musical llegó gracias a un primo hermano. Gran parte de los veranos noventeros (hasta mediados de década) me lanzaba al DF a cotorrear a ese vato. En ese entonces mi primo tocaba el bajo en un grupo de covers donde sinceramente, el era el mas novel de los integrantes; aun así, sonaban pocamadre. Su cotorreo me llegó hasta la médula y me marcó. Su banda de rock fué la primera que vi tocar en vivo en mi vida, aunque en realidad se tratara aquello de un ensayo. El shock: el lugar de ensayo era el cuarto del guitarrista, un cabron de greña larga y familia rica, quien tocaba la pinche guitarra como el mismísimo diablo. La casa era una especie de mansioncilla con un putero de cuartos, jardines, alberca, etc. Recuerdo haber sido un fantasma ese preciso dia en que fuí desvirginado: rios de alcohol, mota a discreción, groupies a lo bestia, posters de hendrix y altos decibeles.
Al salir de esa casa, ese día, supe que ya era esclavo irreductible del rock. La colección de discos de mi primo fue uno de mis primeros objetos de culto. Ahi estaban: queen, metallica, spin doctors, pearl jam, nirvana, megadeth, red hot chili peppers, aerosmith y litfiba, pa empezar. Mis primeros dos discos de rock fueron los greatest hits de queen. Mercury tenia 3 o 4 años de muerto, y yo apenas escuchaba sus genialidades. Posterior a queen y ya en mi terruño, me encontré con que banda de la escuela estaba comenzando a involucrarse con ese fenómeno que cambiaría nuestras putrefactas vidas para siempre: el grunge.
El grunge fué para mi lo que el punk fue pa la raza setentera. Intercambiábamos discos como si fueran barajitas y nos estimulábamos con recomendaciones de nuevas bandas, aunque realmente no teníamos muchos recursos para descubrir nuevos nombres, a excepción del Mtv latino que todos los días nos narcotizaba a traves del canal 32 de telecable. Ruth, Gonzalo, Alfredo y Daisy Fuentes a la cabeza. Esos cabrones se convirtieron en mis glosarios del rock, particularmente Alfredo el chileno y Ruth la argentina. Raizonica, Headbangers, Nación Alternativa, lado B; los mejores programas. Eso a mediados de los noventa, cuando Mtv no era basura y en efecto ofrecía una barra programática dedicada a la música, con auténticos Vj's.
Con ésta revolución en nuestras mentes y cuerpos, los aludidos comenzamos a sentir un ímpetu explosivo por la música en toda la extensión de la palabra. El rock se había instalado ya en nuestras prioridades adolescentes, cual fallo genético incurable. Y de ahí, la idea última y mítica de formar una banda. De la primera elucubración al primer ensayo pasarían algunos meses. Los criminales con quienes formaría mi primer banda sería gente que hasta la fecha forma parte de mi circulo de amigos mas cercanos. Beto "slash" ex guitarra de la banda colimense Delasónica, y Edson, actual lider del proyecto Djang Project, fueron los carnales a los que se les instaló en la mema la idea de emular a ídolos inalcanzables, igual que a mi. El desastre de los primeros ensayos consistía básicamente en realizarnos puñetas mentales rockanroleras mientras aprendíamos a establecer una dinámica de ensayo seria, para lo cual pasarían varios meses.
Beto se habia comprado una telecaster de mil quinientas bolas y edson un jazz bass fender como de otras dos mil lanas, hecho en México, ambos instrumentos sublimes y demasiado serios como para no aprender a tocarlos como se debe. Yo me aventuré a cantar ya en forma mucho mas seria, dejando a un lado los encerrones de cuarto donde a los más altos volúmenes pretendía ser vedder o de la rocha. Recuerdo que esos primeros ensayos en realidad se centraban en el rollo de ir a observar como beto, edson y ruben, este ultimo un malogradísimo baterista que nunca lo fué y que duró un par de semanas en nuestro "proyecto", aprendían a tocar sus respectivos instrumentos a la orden del gran "voltio", amo y señor del multiinstrumentalismo local y poseedor de la fábula histriónica a la que cualquier pasante de rockero tenía que someterse. Rudy Meraz, alias "el voltios", era en aquel entonces una institución un tanto sobrevalorada dentro de la famélica escena del rock local. Tenía su propia banda y enseñaba a tocar batería, guitarra, bajo, y creo que hasta daba clases de canto y origami. No creo que edson o beto hayan aprendido algo del cabron, sin embargo agradezco su iniciativa de buscarlo ya que debido a esto es que puedo decir que tuve contacto con el personaje. A final de cuentas, beto y edson aprendieron a tocar a partir de tablaturas. Y se hicieron los covers.
Mi primer banda con ellos se llamó "la caída". Nuestro primer cover fué "the man who sold the world", original de Bowie y covereada por nirvana en aquel entonces. Despues siguieron básicos como "creep" de radiohead, varias rolas de live, offspring, stp, pearl jam, greenday y U2. Nuestra primera presentacion en vivo fué en una fiesta del colegio campoverde, y jamas la olvidaré. No tanto por el shock de haber sido la primera vez que nos enfrentábamos a la adrenalina propia de un acto en vivo, sino porque alternamos con otra banda local de covers llamada "cardumen", liderada por el que me atrevo a llamar el "cobain" de ese instante (al menos en actitud), Alejandro Alpuin el "kissy", quien en la cuarta o quinta rola agarró una guitarra acústica y la hizo pedazos mientras gritaba y brincaba para sorpresa de la bola de perros mochos que tenía en frente. Fué arte para mis ojos. La etapa de "la caída" fue larga (casi toda la prepa) y accidentada en su alineación. Desfilaron varios cabrones pero siempre manteniendo estables a beto, edson y a mi. Llegamos a tener dos bateristas dentro de la banda; uno para tocar rolas con feeling y otro para rolas donde se requería mas velocidad. Pendejadas, jeje.
Realmente pasó mucha raza por "la caída", pero puedo decir que la alineación final fue la mejor de todas. Beto, edson, chompi, branko y yo, los machines del cover local, o al menos asi nos sentíamos. Eso por alla de 1996. Ya llovió. En verano de ese año me largué a los angeles a partirme el lomo. Habia terminado la prepa y la vibra emancipadora me habia pegado duro. Adios Colima, hello megalópolis. Los Angeles fué un monstruo intimidante para mi ranchero curriculum como ciudadano del mundo. Pese a ese detalle, me adapté rapidamente a su dinámica y me enamoré de su alienante energía. En los angeles fué donde forjé todo mi caracter de rockero improvisado, al asistir a los mejores conciertos de los que tenga registro mi memoria. Rage against the machine fue el primero del que pude dar cuenta por aquellos rumbos, de ahi: tool, prodigy, offspring, silverchair, helmet, primus, limp bizkit, 311, fishbone, throwing muses, L7, foo fighters, pantera, james, deftones, far; una clinica con chad smith, lollapalooza y bueno... el sueño de todo morro apendejado.
Estuve por aquellos lares casi dos años, partiéndome la carcasa en un restaurante y asistiendo a festivales, conciertos y bares donde el rock fuera la constante. Alla me compré una bateria que todavía mantengo, y la cual cuido como si fuera el santo grial. La idea de tocar batería ya se me había metido en la mema y tenía que sacar ese impulso a como diera lugar. De regreso en Colima me puse a aprender de oído, clavándome en la deconstrucción de rolas e interpretando el sonido a voluntad. Una vez aterrizando en el terruño también me di a la tarea de comenzar a buscar un espacio donde poder cantar. Edson y beto estaban ocupados con una banda llamada "los cuervos", donde tocaban los hermanos "distor" (jeje, ese apodo era la onda), jorge y luis navarro, excelentes músicos. Despues su bandilla mutó a una cosa rara para finalmente desaparecer.
Regresar a Colima generó en mi una profunda necesidad de materializar lo experimentado en Los Angeles. Queria una verdadera banda de rock. Queria componer y formar parte de un proceso serio donde pudiera probarme que era capaz de hacer música sin la debida instrucción. Queria someterme al arte de lo empírico y reinterpretar con mis propios medios y a mi nivel toda esa información e influencia de la que habia sido objeto. Porque a final de cuentas, ya no había vuelta atrás. El rock se había convertido en elemento vital que hacía las veces de anestésico y narcótico para el diario cotidiano, en un lugar en el que la vida laceraba toda vanguardia y reprimía silenciosamente aquel que se atreviera a ser diferente.
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Dos precisiones al margen: Es correcto cuando Edson, despues de leer este post, le recuerda al que suscribe dos datos biográficos relevantes a ésta crónica: 1. el apodo de los hermanos distor jamás se refirió a Jorge y Luis Navarro (myyyy fault), sino a Arturo Castañeda y su carnal, y fué mentefacturado por el gran Pibe, un buen amigo, armoniquero y amante del blues. 2. El primer cover que logramos tocar decentemente en "la caída" no fué the man who sold the world, sino "come out & play" de the offspring. The man who sold the world -efectivamente- jamás logramos sacarla al pelo, y cuando la tocabamos, los perros aullaban. Perdón Bowie.