Thursday, January 15, 2009

discordias morales. el arte del mal gusto.

Héctor Rodríguez.



Me considero un animal sexual; de esos primates seudopensantes que todo lo erotiza por natural impulso. No es nada chido transcurrir la vigilia completa en estado de etéreo estrés intermitente, pensando en que me podría coger a medio mundo si las circunstancias evolutivas, sociales y morales no representaran un problema. La purga introspectiva es constante y desgastante y me mete en severos pedos, más desde que la pregunta última tiene que ver con mi paroxística fijación hacia el acto sexual. Me designo enfermo convicto de variadas parafilias de la mas normal perversidad; esto es, no hay pedo conmigo, en serio.

Empezar este texto autorreferencial escribiendo sobre mi impulsividad sexual podría no tener sentido, y sí algo de riesgo. No querría exhibirme a final de cuentas. Es solo que me vale pito, porque me interesa madres que nadie/alguien lea esto. Yo sí leí. Leí una entrevistucha que le hicieron a una tipa de la universidad de colima (de esas docentes precoces que se juran ungidas por javhé por ejercer en una universidad panteonera) donde declara que los blogs son armas de doble filo, por aquello de la nula regulación de contenidos (entiéndase libertad total de expresión) vs. el libertinaje lexicográfico que puede meter en problemas a la banda.

Creo que el profundo análisis de la novel maestra es una obviedad, y francamente habría que recordar que en lo individual cada quien es responsable de sus actos (consejos y consecuencias aparte). Si me pongo a escribir intimidades extraídas de los cajones más jodidos de mi sique, a nadie le importa, es mi pedo. Si involucro a terceras personas por chingar, perfecto, me hago responsable, punto. Verdad es que no creo tener todavía el suficiente talento ni energía para destruir reputaciones intencionalmente o para deprimir banda al punto del suicidio. Además, la confrontación alevosa no es lo mío, soy de los que viven y dejan vivir, hasta que se meten conmigo (tss me leí rudo eh).

En fin, lo que YO quería escribir era otra cosa. Es otra cosa. Me reconocí líneas arriba como un mamífero más hormonal que pensante. Claro que si he llegado a esa conclusión es por una natural aproximación cognitiva hacia mi propia condición. Era vulgaris es música y al escucharla los QOTSA me gritan en la jeta el caos al que estoy entregado. Ser sexual no es pecado, y aunque lo fuera, me vale verga porque me cago en la religión, aunque ese arroz se cuece aparte pues. Es de universal ternurita darse cuenta que la honestidad brutal es de mal gusto entre la perrada judeo-cristiana apostólica y romana. "Hay formas de decir las cosas"... "Hay información que no es necesario divulgar". Ja, ja.

Bueno pues mi mal gusto por las netas es mi carta de presentación social. Soy prudente a discreción, y es un gozo liberador confesarme un fino pervertido permanente. Hay algo en la química hormonal que es incontrolable en el género humano, por más que los aludidos piensen para si "nel yo si sé controlar mis impulsos". Esa frase es cagadísima. Por mas lúbrico que se ponga uno, existe todo un procedimiento (de extrema güeva por cierto) para hacer operativo ese arrojo inicial. El que cree "controlar sus impulsos" es un falaz a priori, porque de facto, no los controla, los posterga.

Ejem.; 1. Adriana llega a cenar hamburguesas y al sentarse se percata que en la mesa de en frente se encuentra un ejemplar masculino que definitivamente la calienta. Su impulso es fantasear situaciones absurdas donde termina cogiéndoselo. 2. Adriana no hace nada; come, paga, se para y se va, un tanto excitada. 3. Adriana no controló nada porque no tiene nada que controlar, el impulso de hecho NO lo puede controlar, lo sufre en silencio, en segundo plano, y se entrega a este al final, cuando llegando a su casa se mete a su cuarto para dedearse, sea esa misma noche o después, en algún momento de la semana, del mes o del año, cuando se acuerde del vato.

So, afirmar que uno en efecto puede y debe resistirse a estos arranques hormonales es la cosa más horrenda, pendeja y antinatural. Los más aguerridos salen entonces con el rollo del libre albedrío, donde se desgreñan diciendo "no ps yo decido cómo, cuándo y dónde", dando a entender que las veces en las que no se decide por dichas variables es cuando uno "controla" sus pulsiones. Falso. En torno a este pedo orbita toda una cultura de personas tristes obsesas con la negación; toda una formación de actitudes perturbadas y conductas desviadas (como si la mía no lo fuera, jaja) donde la muchachada and so on se regodea en curiosidades sentimentales como el amor, la fidelidad, la pareja, etecé.

Me revuelco de la puta risa cuando cotorreo con banda que de buenas a primeras evidencia una hipocresía antológica al tratar de defender temas con el de la fidelidad o el amor. Güey, dejen de leer new age y obsérvense en un pinche espejo. Somos changos, simios, animales con un cerebrote en franco desuso. Ese brillante músculo; la panacea; el que más presumimos y del que nos jactamos hasta lo imposible, ha servido más para retroceder que para avanzar.

Anyways. Tu fidelidad temporal e impuesta y tu amor estupefaciente son ilusorios. Y no es que yo sea un hijo de puta promiscuo coge-recio ni mucho menos, es solo que sé reconocer lo que soy al momento en que se me presenta la oportunidad que generalmente no busco. Y entonces viene el espectáculo de nombrar a las cosas por su nombre: enamorarse, "comprometerse", casarse y vivir en pareja procurándose amor mutuo. Me cago de risa. El acto de enamorarse es una mera reacción neuroquímica. El "enamorado" es, simplemente, un cabrón bajo el influjo de endorfinas; un estúpido drogado. Claro que hay un chingo de fases y de tipos de amor bla bla bla, pero en el que me interesa esparcir pedacitos de caca es en el "amor romántico".

No salgo victorioso de esta debacle neuroquímica ciertamente; yo mismo he sido victima y puedo decir con profunda certeza (y vergüenza) que cada vez que me he auto medicado bajo ese diagnóstico, he renunciado a mis derechos humanos básicos. Está de la verga dejar de ser tú para ser el otro. Me apena tener que aceptar que la relativa dignidad que he construido para mi persona (aunque la parte del decoro me la pase por los güevos), ha sido mancillada por una serie de impulsos pre-primitivos romanticosexualesaspiracionaleslight que hemos sofisticado a lo cabrón. Es más irrisorio aún saberse enamorado y estar bien con ello; el estado de indefensión de la integridad y el ego es apabullante y, a decir verdad, sumamente triste en el fondo.

De cualquier forma, el estadío de pendejez individual generalmente suele durar unos meses, según yo y una serie de estudios científicos acá fresones. Bueno ps la bola de coquetos babeantes entregados a estos impulsillos románticos generalmente confunden enamoramiento con amor.

Cabe aquí la pregunta de si la fase de enamoramiento no es en realidad un bloqueo en donde el amor romántico prospera, sin embargo para mi ambas actitudes son la misma gata. "Te amo", dicen (decimos). El lugar común de ese mantra es jodidisimo. Cuando me pongo a pensar en cómo ese ímpetu se convirtió en objeto de culto, cultura, concepto y producto, es cuando más orgullo me da reconocer mi animalidad burda y sexual. La tradición ecuménica convirtió al amor en mandamiento, en absoluto, en regla, en ceremonia y contrato. Puta, que güeva. Es un chiste malísimo cómo por culpa de endorfina, oxitocina y serotonina la gente termina disfrazada en un altar, haciendo el ridículo ante la madre natura y prometiéndose falsos.

Si si si, la tradición, el folclor, la sociedad, la cultura bla bla... tuvimos que inventar ritos y pendejadas de esas para no sentirnos tan solos y para darle un poco mas de sentido a la vida humana, que bien. En fin. Ritos caducos, inservibles. Pienso en la cantidad de divorcios... en la cantidad de mujeres engañadas e infectadas de SIDA porque el marido resultó un hijo de puta borracho coge-prostitutas, o bisexual, o de plano puto. Pienso en viceversa. Pienso en la millonada de machos que buscan hembras, echándole porras a su categoría de mamíferos en el reino animal. Pienso cómo machos y hembras, al creerse seres superiores por poseer un cerebro con la capacidad de racionalizar el mundo, inhiben y bloquean en lo social el hecho de que provienen de un animal. Bravo.

Insisto. Observémonos en un espejo. Llenos de pelo, tan frágiles y a la vez tan anatómicamente ridículos. Creemos amar románticamente al otro cuando en realidad lo único que deseamos muy en el fondo es reproducirnos, aparearnos, replicarnos como pinches virus. Está impreso en nuestro código genético bola de güeyes. "No Héctor, estás mal, yo solo quiero encontrar un hombre/mujer que me quiera por lo que soy... que me comprenda y acepte"... a este grado de patetismo hemos llegado en el hecho de las relaciones interpersonales. Buscamos lástima, aceptación fácil, ya ni siquiera "amor"... solo alguien que no nos haga sentir tan rechazados, solos y/o desgraciados.

Cuando digo que en el fondo deseamos reproducirnos, no es porque en realidad así lo queramos; no güey, no es una opción ni una decisión voluntariosa, es el impulso por excelencia, estamos programados para eso, por más que nos ufanemos de nuestra sesera. ¿Donde queda tu puta fidelidad cuando dices "amar" a alguien y te masturbas pensando en cualquier otra persona, o te la pasas viendo nalgas, chichis, penes o cualquier cosa que te excite? ¿Donde quedan ambas prácticas moralinas que tanto repites en palabras?

Salgámonos de lo específico, paseémonos por los jardines de lo general. ¿Que es lo que sucede entonces con estos chamacones de hoy (y ayer)? Adolescentes y adolescentas, jóvenes y jóvenas promoviendo el libertinaje de libertinajes, a güevo! Me causa cierto delirio observar como en las prepas y universidades y oficinas de gobierno y empresas y tiendas y etcéteras, las personas solo desean cogerse. Y es que es de risa como por encima de esa verdad evidente, estas mismas personas (incluyéndome a güevo) hacen como que la virgen les habla. Como que "eres bien chida, me das tu teléfono y ps salimos por ahí a tomar un café, o qué?"

Hordas de machos y hembras en constante interacción, jugando a las reglas de lo social, de lo moral, del gran orden establecido, mientras en sus adentros a cada minuto explotan e infringen todo lo anterior. Morros videograbándose en las márgenes escolares cogiendo, fajando; empleados de tiendas de autoservicio mandando a la verga el decálogo de la empresa mientras se ponen múltiples cogidas en la bodega; el director y su secretaria haciendo lo propio en oficinas públicas ya entrada la noche; todos contra todos.

Siempre lo he dicho; el trámite de "enamorar" al otro es una treta burocrática e hipócrita, pero a veces necesaria y eficaz. Habrá veces que no opere como un trámite tácito y se torne una idiotizadora patología del yo. Varía, pero al final, la conclusión siempre es la misma.

Todo este rollo me hace recordar ahora uno de los mandamientos cristianos, a propósito de discursos pecaminosos. "No desearás la mujer de tu prójimo". No se que número sea, pero que es una enorme y definitiva pendejada. George Carlin lo expuso con profunda inteligencia: ¿cómo madres es que los cristianos han convertido en prohibitivo el acto de "desear"? Pésimo. Antinatural. No es aceptable ya que esa es una de las condiciones que nos han mantenido vivos a lo largo de nuestra competitiva y accidentada historia. Desear es lo que ha permitido a través del tiempo nuestro entero "avance" como raza. Es por ello que los ultras, rancios y atrasados religiosos la tienen errada con eso de sus pinches mandamientos. Todos deseamos la mujer/hombre del prójimo, no me chingues. Nuestros orgasmos dependen de ello en mayor medida. Y es que fuera de la acción adúltera de procurar deseos carnales con morras /morros varios, nos la pasamos anhelando, ambicionando, codiciándolo todo. "No desearas los bienes ajenos", otro mandamiento estúpido... en palabras de mismo Carlin, aspirar a lo ajeno es lo que mantiene funcionando la puta economía. "Hey! ese güey tiene el nuevo ipod... yo también quiero uno no mames!". Solo en cultos fundamentalistas pueden esbozarse ese tipo de perspectivas mochas, políticas y manipuladoras.

Pero ps es inútil. A donde quiera que voltee me topo con soldados católicos de la mas farisaica ralea. Parejitas jóvenes entregadas a la simulación y la tradición, llenos de hijos malcriados en los que ven reflejados sus escuálidos egos. "Tengo una niña y un niño, pero quisiera ahora otra niña mas y ya". Como si fueran artículos, objetos a diseñar, pequeños duplicados de uno mismo; el último acto narcisista.

Yo no quiero niños, al menos no en este momento. No quiero casarme por ningún medio. No quiero doparme ni renunciar a mi persona. Sin embargo, dicen que la gente cambia. ja, no mamen. Einstein lo expuso de mejor manera hace tiempo ya. Y ahí está, la permanente impermanencia. Me gusta, porque nadie escapa a ella. Ahí es donde me convierto en promiscuo mental, en animal, en dos hemisferios antagónicos que switchean de manera contundente sin mezclar frecuencias. Esta chido, me vibra; creo que me da más y mejores opciones que el común de los creyentes confundidos. "Entre ególatras cínicos te veas". Movámonos la cola, que la vida es complicada y no esta chido morir solo y amargado.

7 comments:

Lilabeth said...

BRAVO.


alguien me dijo hace días, cuando comenté algo a manera de broma sobre una frase dicha por el mismo hace poco más de un mes, y él pareció leerlo como cosa en verdad seria (y yo que me estaba burlando de su constante cambio cuando de mí se trata..), porque me repondió, "como si estuvieras dispuesta a estar en una relación monógama ahorita"

la verdad es que el cínismo, o más bien, la aceptación del propio, en últimos días, ha sido la llave para no andarse con más mierda.

sin embargo, una parte de mí, aún se revuleve en, mísera, en toda esa porquería.

tú lo has dicho.

funkdefino said...

las reglas confunden... ese es el resultado de estar normados hasta para ir a cagar. Hemos civilizado nuestros impulsos de manera ridicula. masturbarse en la via publica o coger con la novia/novio de tu amigo/a se puede leer hardcore, pero en el fondo no debería escandalizarnos en lo absoluto. Esta chido haberlo hecho con estilo, oh, humanidad: bien por esto del civismo y las formas, usos y costumbres...

Es solo que a pesar de eso, no podemos negarnos a nosotros mismos... alguien de verdad está dispuesto a instalarse en una relacion monógama? supongo que sí hay banda que renuncia a su animalidad para seguir la receta de cocina de la vida...

yo no. no me voy a juntar con alguien para toda la vida con la condicion de respetar reglas chistosas, sencillamente no puedo.

finalmente, no creo que lo que tengamos que aceptar sea "nuestro cinismo"... ese nombre le pusimos, pero no creo que tenga nada de cínico aceptar lo que en realidad somos. Hay que descubrir esa parte en nosotros, y para ello, creo que se necesita un grado de sensibilidad que el comun de la perrada enajenada, en definitva, no tiene

;)

Lilabeth said...

yo digo que ÑE
y aunque en gran parte los convencionalismos no quedan aquí, eso de estar dividida en tres le da en la madre a todo, sobremanera, cuando cada una quiere cosas completamente diferentes.
está, claro, la que exige fidelidad de cabeza y si se puede, de cuerpo también

en fin
a veces se me olvida que tienes 30 años (:

funkdefino said...

AH pues... imagino que sí ha de ser un desmadre traer instalado en tu disco duro un tres en uno. fidelidad de pensamiento.. ehmm.. chale, alguna otra utopía??

A veces me cago la madre por ser tan fatalista, pero ps mi lectura de la realidad no se destaca por abonarle fe a la humanidad. Esos dias, cuando el sol me pone de buenas (las menos de las veces), me llega ese pensamiento feliz de que algun dia vendrá una era glaciar a borrarnos del mapa.

Y no es que me azote ni mucho menos... es como pensar a donde me gustaría viajar en verano. Tampoco es que no quisiera ser fiel. Estaría chido ser fiel. Tal vez no tan divertido, pero chido. Leí un reporte científico de una changa de la UNAM sobre la "bioquimica del amor" (jaja), donde se me revelaron algunos misterios del universo. es más, creo que es pertinente incluso a tu tres en uno, asi que ahi te va un extractillo:

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"En algunos animales como los cisnes, gansos y lobos, existe una hormona llamada vasopresina
o “péptido de la fidelidad”. Ésta provoca que, después del encuentro sexual, permanezcan juntos
en cada ciclo de apareamiento. La muerte de la pareja, lleva a estos animales al suicidio o a una
vida en solitario. Por otro lado, aunque los humanos secretamos esta hormona, no lo hacemos
en cantidad suficiente y de manera constante, lo cual deja abierta la puerta para buscar otra u
otras parejas. Las civilizaciones monogámicas, como la nuestra, lo son en base a relaciones
intelectuales, no bioquímicas. La religión, la moral, las leyes y, sobre todo, la inteligencia ayudan
a mantenernos con la misma pareja toda la vida, lo cual nos revela que la vida en pareja es un
arduo ejercicio intelectual.

El organismo humano no ayuda ni a la fidelidad ni a cumplir el mito del amor romántico. El amor,
concebido como un despliegue de un arsenal pirotécnico, no es eterno, y se agota con el tiempo,
sigue la ley de que “todo lo que sube, baja”; y aquí es cuando comienza la crónica del desamor.
El encanto se rompe y generalmente en uno sólo de los dos componentes de la pareja, aunque
ambas partes seguirán teniendo la necesidad de las alteraciones bioquímicas para obtener su
ración de droga cerebral. Entonces, es posible que una parte inicie una búsqueda de emociones
con terceras personas ya que el amor que sentía ha muerto. La parte todavía enamorada, por
lo general, presenta un síndrome de abstinencia de las sustancias químicas del amor, el cual
provoca depresiones, angustias, lo cual conlleva a un estado de enfermedad"

Gilda Flores Rosales
Profesora Titular C en la Sección de Bioquímica y Farmacología Humana
del Departamento de Ciencias Biológicas de la FES Cuautitlán,
UNAM
gildar@servidor.unam.mx

http://www.revista.unam.mx/vol.9/num11/art90/int90.htm

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Y aunque la changa ésta sugiere que los que seguimos nuestros impulsos caemos en la categoría de pendejos infraintelectuales, yo digo que hay mas inteligencia en aceptar nuestra condición bioquímica que en obedecer reglas morales, religiosas o legales. La inteligencia humana no es inherente a esas putas reglas MALDITA SEA!

LA VIDA EN SI MISMA ES UN CONSTANTE EJERCICIO INTELECTUAAAAAAAAL!

por cierto, tener 30 años significa que.... ???

:D

Lilabeth said...

pendejos infraintelectuales-
JAJAJA

ñe. lo mío se resume a que me gusta la mala vida. me dijeron que saben que no voy a ser fiel, que les vale pito. en realidad al final sabemos que queremos algo que NO es eso.
bueno, al final, yo no quiero eso.

tener 30 no significa nada, sólo que en ocasiones lo olvido, y creo que hablo con cualquier wei veinteañero del blog (:

funkdefino said...

chale... ese extracto que copypasteé alevosamente de la maestrilla de biología ya me dió como penilla ajena. Se lee acá medio "animal planet meets televisa". en fin.

oye ps que bien bieeen ehh , una masoquista ;D

la mala vida realmente no es tan mala pues... es como ir a una boda y en el vals pararse a bailar salsa o rap como loco. o salirte de la raya cuando en prepri te ponen a colorear figuras. Entendemos que no habria porque chingadas madres hacerla de jamón, pero no podemos evitarlo la mayoria de las veces. simplemente, es mas emocionante.

el transgresor tiende a ponerle candela al asunto.

pero bueno, como dices, no es posible siempre querer eso. hay veces que uno no tiene chance de escoger. y como dice Ms. Gilda, la fidelidad es cuestion de intelección.

a escoger lilabeth.


bueno, creo que ya escogiste.

a actuar lilabeth.

:p

Lilabeth said...

creo que ya estoy actuando.
ahora, es tiempo de exigir

y se da por terminada la charla de éste post HH.
(me sacas cada risa, hombre)