Saturday, August 04, 2007

La alternativa de un cuento que no fué.

por David Chávez.

El Baúl, revisitado.


Si, como usted dice, busca resguardo del frío, el calor, el sudor, la lluvia y la sequía, todo junto y nada en lo absoluto, le ofrezco un refugio donde podrá saciar sus necesidades. Aunque usted no lo diga, noto que su cara es lo más preciado que tiene; se ve que busca para ella una pequeña casa, una cueva, choza o cabaña, de preferencia un hogar, un espacio para mantenerla a salvo de cualquier riesgo. Incluso yo lo haría. Con esa mirada. Se ve que es valiosa. Y cómo no ha de serlo si dice tanto, en cualquier idioma. No sé qué haría usted sin ella. Sí. Ahora entiendo. No se preocupe. Cierre usted los ojos, no canse sus ojos. Le decía que tengo aquí, precisamente, un lugar donde puede usted colocar su rostro. Y con él y su mirada también su sonrisa, para que no se le enfríe con este clima. Sí, porque a nadie le gusta ver una sonrisa arrugada, una boca a la espera del temporal. Hay en su boca una buena cosecha. Le florece la sonrisa. Sí, hay que cuidarla. Que no se le marchite la flor de los labios.

Estoy seguro que el lugar le gustará. ¿Alguien le habló sobre él alguna vez? No importa. Le gustará. Le gustará tanto que deseará quedarse por más tiempo. Le digo la verdad. No le miento. Viene usted tan cansada. Seguramente buscó aquí y allá dónde poder resguardar su rostro. Y esa nariz. ¿Es suya?

Mire, este lugar del que le hablo es blando, calientito, algodonado. La verdad es que yo lo uso poco pero es totalmente para usted. Mire, pase. No es necesario que abra los ojos. Lo sabía, ahora está usted confundida. Pero tema no más, que en este instante solucionaremos ésta terrible confusión que debimos de evitar a toda costa. El lugar del cual le hablo es mi cuerpo. Y yo estoy a sus órdenes.

En caso de desesperación, coloque sus brazos alrededor de mi cintura, luego eleve su brazo derecho hasta mi hombro izquierdo, sujételo bien, mientras su mano izquierda me lleva hacia usted. Sentirá cómo poco a poco una especie de calor tranquilizante la invade. ¿El costo? Cuídemelo nomás. Yo hace mucho que no lo atiendo y sé que estará en buenas manos, como usted lo está en las mías…

Buenas noches. ¿Quiere que apague la luz al salir?

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