Thursday, June 01, 2006

tejidos áureos de dolor post-vernáculo: San Pascualito Rey.

Héctor Rodríguez



Formados en el 2000 a la luz de un demo personal grabado por Pascual Reyes, vocalista de la banda, San Pascualito Rey ingresa al circuito del rock nacional como una propuesta vanguardista que se autodefine a partir de la fusión del rock, trip hop, lounge, la canción romántica y la música folklórica mexicana, entre otros estilos. Es hasta finales de 2003 cuando publican su primer LP independiente “Sufro, Sufro, Sufro” bajo el sello Intolerancia, producido por Gerry Rosado (Guitarrista de Consumatum Est y también productor de Fratta, Santa Sabina, Real de Catorce, Javier Corcobado, Eva Malva y El Haragán, entre otros).

“Sufro, Sufro, Sufro” contiene trece piezas de sofisticada manufactura críptica que bien podrían etiquetarse como odas sui generis al desamor y el sufrimiento, o himnos despechados, ambientados por un folclor cáustico que se permite mutar a las formas de un sonido electro-mortuorio-arrabalero que se antoja influenciado por reminiscencias de grupos como the wolfgang press, pink floyd y bauhaus, así como de interpretes de música eminentemente prostibularia, yendo desde el son, hasta el cha cha cha y el tango cabaretero.

Actualmente la banda está conformada por Pascual Reyes (voz), Alex Nexus (sintetizador), Adolfo (guitarras), Juan (bajo) y Evers (batería). Su nombre es un homenaje figurativo a San Pascual Bailón, santo patrono que los indios del sureste Mexicano y Guatemala adoptaron contra algunas enfermedades. La llegada de pestes que traían la muerte llevó a relacionar a San Pascual Bailón con la muerte, pero como un ente positivo, convirtiéndose así en San Pascualito Rey, santo de la buena muerte. Se le rezaba a San Pascual Bailón para que curara a los enfermos, pero si se trataba de una persona que estaba más allá de poderse curar se le rezaba a San Pascualito Rey, para que al menos tuviera una ‘buena muerte’. La Iglesia Católica nunca lo reconoció como santo por ser una imagen pagana. El esqueleto de San Pascualito es sacado de su carretón y expuesto cada 14 de mayo, en medio de gran gozo popular. En la representación de los músicos que conforman la banda, San Pascualito Rey está en un motel, decepcionado, ensimismado, destronado, hasta su madre… diciéndose una y otra vez: ‘Sufro, sufro, sufro…’

Es esta imagen la que predomina en la estética de su primera entrega discográfica, la cual comienza con la voz de un xilofón secuenciado y unas trompetas sintetizadas que adornan a “te voy a dormir”, primer track del disco. Musicalmente existe un concepto concreto que deriva en una secuencialidad perfectamente definida a lo largo este primer repertorio; un hilo conductor que dibuja progresivamente la desgracia, la decepción, el rencor, la fatalidad y la desesperanza del ser ambivalente que camina exhausto y no se permite concesiones optimistas, solo apariencias desfiguradas y atormentadas. El sentimiento global del disco redunda en una especie de melancolía culposa y patológica esculpida a través de cortes como “flush”, que eriza los vellos de la piel al son de reclamos estentóreos; o bien a través de declaraciones de pasión homicida que en “historias”, track 8 del disco, producen el más erótico escalofrío en el escucha que, sensibilizado por la maestría de las postales sonoras que Alex Nexus diseña en el sintetizador, queda estático y dulcemente hipnotizado…viajando.

El trabajo lírico de “Sufro, Sufro, Sufro” pareciera haber sido inspirado por una larga noche que apenas logró conocer el alba. Reiterativo de la muerte, la vida, el despecho, la pasión, el des-amor y otros sentimientos lúgubres y fantasmagóricos, Pascual Reyes, vocal de la banda, explora escenarios de catarsis y reflexión instalados en un claro masoquismo que disfruta exquisitamente del dolor propio y ajeno, y que en líneas como “que tal si vienes / a enterrarme / a esconder mi carne / para incinerarla / que tal si vienes / a rajarme la madre / a arrancarme la sangre / a atravesar mi corazón” expresa una vitalidad de gozo por lo fatal.

La esperanza y la tristeza son otras dos constantes líricas que desangran visceralidad a lo largo del disco, y que en líneas como “colgado de tu dulce cuello / que eriza mi cuerpo entero / que suda como vela ardiendo / conquistar tu cuerpo bello / construir una ciudad en tu cabello / arar con mis dientes tus labios / cultivar mi nombre en tu lengua”, pertenecientes al onceavo track denominado “tuyo”, erotizan el deseo de una gama de sentimientos sublimes.

Posterior a “Sufro, Sufro, Sufro”, San Pascualito Rey edito en octubre del 2005 el EP “Ahora vuelvo” nuevamente bajo la mano de Gerry Rosado. Este trabajo es una especie de anexo al “Sufro, Sufro, Sufro”, contiene 6 canciones, 3 de ellas re-creadas en el mundo bizarro por alter egos de San Pascualito Rey: “Disturbios” (por Los Gingivitis) en una versión garage-punk muy energética; “Si pudieras ver” (por Los Espada del Augurio) pop-folk con un teclado setentero y una guitarra muy Harrison, y “Flush” (por Los Acueductos de Cocoyoc) en esta ocasión es un danzón/cha-cha-cha. También está “Solares Baldíos”, el cover homenaje a Rockdrigo González. Hay dos remixes: “Historias” por Dj Rry (Consumatum Est) por sendas electro-etéreas, recordando en momentos a Moby y Björk; mientras que “Hoy no es mi día” mutó radicalmente hacia el Nortec en las manos de Plankton Man (miembro de Niño Astronauta, ex Nortec, ex Sonios). De pilón el EP incluye los videos “Hoy no es mi día” y “Te voy a dormir”.

Actualmente el grupo prepara el lanzamiento de su segundo disco bajo el título “Deshabitado”, que contempla lanzar en julio de este 2006.

En síntesis, San Pascualito Rey pertenece sin lugar a dudas a una generación de nuevos talentos que la escena del rock nacional ciertamente solicitaba a gritos. Propuestas como Chetes, Instituto Mexicano del Sonido, Austin TV, Los Esquizitos, Vaquero, Cabezas de Cera, Los músicos de José, entre otras, han venido a refrescar el menú de posibilidades que tanto consumidores en serie como melómanos auto-indulgentes buscan desesperadamente con el único objeto de arremeter en contra del hastío sonoro prefabricado por bandas sin necesidad de generar arte. Ruidos orgánicos y texturas analógicas… dark guapachoso, mariachi-eléctrico o sonido grupero-melancólico-espacial-tropicoso; como decidas etiquetarlo, San Pascualito Rey es una excelente opción para integrar a tu colección discográfica.

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