Monday, February 06, 2006

apopléjico.

Héctor Rodríguez.


Como un pinche sobreviviente del automatismo burocrático me siento... malditas sean las jerarquías, los organigramas, la megalomanía politiquera, el hecho de las seudo-instituciones públicas, el sindicalismo mexicano, la macroeconomía, los tratados, las cumbres, marcos, chávez, madrazo, estados unidos, el libre mercado, los mercadólogos, las marcas, los medios, la comunicación social, el arribismo lambisconero, el conformismo laboral y sus gamas iridiscentes. No hay arte en la función publica, menos en la iniciativa privada. Donde no hay arte no hay vida... exacto; sirvo a intereses de ultratumba. Me da la gana estar de malas y aderezar mi instante con fatalidad, con némesis irresoluta e impotencia frustradora. Distingo cierta propensión al magro sentimiento que experimentan los que encuentran solo en las subjetividades el escape al paraíso del microcosmos prometido por la mente. No hay color, no hay ilusión ni esperanza ni consideración ni misericordia. Habito en la realidad… de eso estoy pero si bien saturado. Me cago en la filosofía pues, para después festejarla. Demasiadas preguntas que encuentran respuestas ciertamente inútiles, pero que hacen que la vida discurra con sustancia, con sentido, con posibilidades. Nietzsche, Sartre, Kant, Heidegger, Schoppenhauer, y demás sapientes del siglo pasado transitaron atormentados. Pero igual, a mi que?! Muertos son y muertos me susurran al oído que el único responsable de la realidad que experimento soy yo. Yo, yo, yo. Saturado de realidad, cual ente externo que irrumpe en mi percepción para fragmentarla, apendejarla, enfermarla de materia y situaciones ridículas. Si la neurofísica grita que el cerebro no distingue entre lo que registra a través del iris y lo que recuerda, estamos ante la máxima prueba de que el todo existe independientemente de nuestra participación en este. Si no tuviéramos sentidos el cerebro no podría recordar ni madres, porque no habría referentes de ninguna índole. Recordamos lo que existe, no lo creamos (en el sentido menos materialista). No voy a desmenuzar las particularidades de un tema tan especifico… todo lo anterior fue solo para justificar que efectivamente, soy adicto a la victimización. Adictazo. Me gusta sentirme aludido por enfoques violentos, agresores, intensos, cargados de significados indignantes para las individualidades en serie. Esto lo vivo en los vacíos del soliloquio que revolotea dentro de mi cráneo, no en las someras relaciones personales que tengo día a día. La socializada es una de las partes favoritas de mi proclividad a lo funesto ya que en ello compruebo una y otra y otra y mil pinches veces la mierda que somos los seres humanos. La química nos escupió y desde ese entonces nuestra evolución ha sido una puta farsa. Lo he dicho chingo de veces y no me cansaré de repetirlo: nos creemos el máximo eslabón de la cadena animal (aunque existan pendejos que digan que lo que nos separa de los animales es nuestra capacidad de raciocinio… me cago de risa; cual raciocinio?!, somos los únicos pinches animales que trabajan incansablemente hacia su autodestrucción, habráse visto). Vivimos alejados de los instintos más básicos de supervivencia, enajenados con nosotros mismos, creándonos escapes ilusorios y personajes ulteriores a nuestro ego, alabándonos y alabando a ajenos idolitos, envidiándonos, deseando, consumiendo, creando mundos artificiales. Cuanta mierda hemos de exprimirle a nuestra humanidad. Esa es nuestra condición, aunque nos pese. Y aclaro: este texto es metal puro, sincero, sin pretensiones más allá del sentimiento que se encarga de eternizar. No busco crearme un currículo para “publicar” o convertirme en un presuntuoso del estilo; no busco categorizar mis ideas como ensayos o artículos; no escribo para los demás. Lo hago para sacar las letras de mi sistema y acomodarlas donde pertenecen. Lo hago para dejarme de sentir un apopléjico. Ahora estoy mucho mejor.

3 comments:

Alma said...

Llegué aquí del blog del alexis... Me puse a leer tus posts y déjame decirte que tienes estilo.. jaja. Uno no muy fácil de digerir, pero me gusta.
Te leo después, pero actualiza el sito más.

Saludos

funkdefino said...

quiubas alma... que bien que visitas mi desierto personal, bienvenida.. respecto de mi hologramático estilo solo puedo decirte que brinco de un lado a otro, solo tratando de sacar lo que adentro no me sirve en lo absoluto... creo que mis letras pueden llegar a ser medio ásperas o corrosivas incluso, por el simple hecho de que escribo para una entidad imaginaria jeje

tratare de actualizar mas este jale pues

saludos =)

funkdefino said...

críptico... me gusta jeje :I, me quedo con esa!