Wednesday, April 07, 2010

secuestros.


Este no es lugar para letras. Sobra decir que importa poco si lo es o no. He viajado por rutas de duda y prejuicio hasta aquí, y solo he atinado a asomar la cabeza por la ventana. Solo la cabeza, desde dentro, sin sacar parte alguna del cuerpo. Y es que vivo en auto-plagio, sin convencerme de nada en absoluto. Hemos dejado de azotar nuestra humanidad en estas cuatro paredes y ahora solo asomamos la cabeza para verlos, a ellos, a todos; a ustedes, viviendo. Los vemos, yo y mi alter ego, sin mayor análisis. Escribir esto es basura, lo sé. Teclear sobre uno mismo y sus complejos lo destina a uno a cierto infierno; es soberbio, inútil y poco creativo, sin embargo me vacuno: mis percepciones sobre lo que haga o deje de hacer o pensar tampoco importan ya. Me concentro en esto que es hoy, que es este instante, que es lo que escribo. Dejé de arrojar el cuerpo y ahora solo me entrego a retazos de relativa inacción. He aceptado el secuestro en el que levito, sin masoquismos, sin heridas en el cuerpo, pero con cierto drama novelesco. Vaya drama. Este no es lugar para letras: yo no soy lugar para letras.